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Crónica El día que Javier Duarte celebró su cumpleaños 40 como un Rey

Foto por: Staff Editores / Xalapa, Ver.
Javier Duarte

Foto por: Staff Editores / Xalapa, Ver.
Javier Duarte

Foto por: Iván Sánchez /
El Faunito, ahora en manos del INECOL

Foto por: Staff Editores /
El Faunito, ahora en manos del INECOL




13 de Octubre de 2018 10:23 /

Xalapa, Ver.- La cava de más de mil botellas estaba lista ese día de septiembre de 2013. En el lugar había decenas de invitados, meseros, comida al por mayor, música fuerte.
Estaban reunidos algunos colaboradores. Unos como Tarek Abdalá Saad no concebían la magnitud del lugar. El Faunito lo tenía sorprendido.
Ahí estaba Javier Duarte de Ochoa, listo para ser agasajado y recibir regalos costosos, como la vida que se daba. Era la celebración por sus primeros 40 años de vida. Y dos desfalcando a Veracruz.
El exgobernador, sentenciado por haber encabezado una banda que se llevó el dinero de los veracruzanos, era ese día el rey. Le encantaba sentirse así.
De hecho, a Duarte le gustaba "el arte caro", de acuerdo a lo declarado por Rafael Rosas Bocardo. Y eso lo dejó ver en El Faunito, hasta donde llevó cuadros de Botero, Siqueiros y Tamayo.
Arturo Bermúdez Zurita también contempló la magnitud de la propiedad cuyos sonidos del río que corre con los pájaros que cantan, crean una perfección musical para los oídos de cualquiera.
A Bermúdez le presumió sin empacho que esa era su propiedad y que ahí viviría terminando su mandato.
Sin embargo, la suerte de Duarte cambió un día de 2016 antes que Miguel Ángel Yunes Linares tomara protesta como gobernador, pues él y su hijo dieron con el prestanombres de la propiedad y lo obligaron a devolverla.
El Faunito, ese sitio por el que había riesgo de muerte si acaso se lo quitaban al exgobernador, ahora será un centro de investigación.
Pero no, no por estar asegurado y haber sido donado en comodato deja de ser impresionante.
El lugar, de 6 hectáreas de extensión tiene 15 recámaras, una alberca de mármol, pisos, paredes y muros de cantera, canchas de futbol y tenis completamente iluminadas.
El jardín posee un puente colgante y tiene tirolesa. Áreas comunes al aire libre y un mirador: a lo lejos, hay decenas de casas humildes que contrastan totalmente con la opulencia. A pocos metros, el enorme jacuzzi de mármol surte el mismo efecto. El exmandatario se enriquecía a costa de esos que a lo lejos miraba mientras disfrutaba.
Javier Duarte se ufanaba de la vida cara que se daba. Y en cada momento solía demostrarlo.
Las 15 recámaras estaban totalmente equipadas, poseían aire acondicionado y miden 9 por 12 metros. Todas poseen baños privados con acabados finos. Los sanitarios comunes tienen incluso jacuzzi, para tomar baños de burbujas.
Las habitaciones "de visita" son más grandes que una casa de interés social a la que la mayoría de los veracruzanos ni siquiera puede aspirar, con balcones y ventanales que hacen que la luz natural no falte en ningún momento del día.
Duarte el devoto
Mientras robaba el dinero de los veracruzanos, Javier Duarte de Ochoa rezaba y se encomendaba a la Virgen de Guadalupe y a Jesucristo.
Para ello, mandó construir una capilla privada con 14 bancas y confesionario, pila de bautismo y atrio. Incluso, para entrar a la misma es necesario ingresar antes por un camino empedrado donde está erigida una enorme cruz de metal, rodeada de vegetación.
La capilla, construida entre enormes paredes tiene dos óleos con las imágenes religiosas pintadas a mano una a cada lado de una cruz posada sobre una amplia ventana. Duarte el devoto, robaba pero rezaba.
La habitación de Duarte y Karime
La antigua Grecia enmarcó la habitación de Javier Duarte y Karime Macías. En el interior de la recámara principal una columna de orden clásico, con estilo Jónico, se engrandece en medio de ventanales enormes que acuerpan la recámara, que al centro, en el suelo, tiene un elegante grabado.
En los jardínes, los árboles frutales y el detalladamente cuidado pasto hacen que cualquiera tenga hasta ganas de acostarse por horas.
El sonido del río Metlac, que atraviesa el rancho, invita a meditar ante una escultura india, desde donde quizá se gestó el "sí merezco abundancia" que mantiene a Karime viviendo sin problemas y desahogadamente, en Londres, Inglaterra.
Javier Duarte ya no tiene una casa a la cual llegar cuando, en 7 años y medio, deje el reclusorio norte. En Pacho Viejo, en una celda reducida, alistan ya su nueva residencia. El Faunito no lo es más.